El genoma es la totalidad del
material genético de un organismo. Está estudiado que nuestros genes responden
a las emociones para bien o para mal.
Muchas veces queremos cambiar
nuestra manera de pensar, nuestra forma de ser y de ver la vida, pero la verdad
no encontramos la salida. He leído que la razón por la que no cambiamos es,
primero porque el patrón en sí mismo está programado en nuestras células.
Segundo, los programas no vienen solamente de esta vida sino de generaciones
pasadas.
¿Te imaginas la cantidad de información que
poseen tus células? Y si además de eso le sumamos la codificación mental de la
información de tu medio, pues estamos en un reto verdaderamente hermoso.
Por otro lado la resistencia que
tenemos cuando nos hablan de espiritualidad. ¡¡Zaz!! Lo relacionamos con
religión e inmediatamente nos cerramos o nos bloqueamos.
Dean Hamer, biólogo molecular y
jefe de la sección de estructura y regulación genética del National Cáncer
Institute de los Estados Unidos, dice que la fe está profundamente enraizada en
nuestro ADN que heredamos una predisposición para ser espirituales. En su libro
The God Cene (El Gen Dios), afirma que una variación del gen llamado VMAT2, el
cual él ha llamado "El gen Dios", juega un papel pequeño pero crucial
en las tendencias espirituales que están fuertemente trasmitidas en nuestros
genes.
Si la espiritualidad puede ser
heredada, ¿qué otros sentimientos y comportamientos nos han sido heredados a
través de nuestro ADN?
Se sabe que el núcleo de cada
célula en el cuerpo tiene 46 cromosomas unidos para formar 23 pares. El
cromosoma tiene dos largas cadenas enroscadas que parece una escalera en
espiral, llamado ADN (ácido desoxirribonucleico).
El ADN es una molécula larga y multiunida
que contiene la huella digital de la naturaleza para la vida en la tierra
El ADN ha sido llamado el código
original de la vida, como nuestro código químico, como un lenguaje.
El diseño del organismo y sus
componentes moleculares emerge de la información (o lenguaje) almacenado en el
ADN.
Las técnicas energéticas trabajan
el ADN con el principio de la vibración y el flujo de energía a niveles
sutiles. El ADN humano vibra a una frecuencia de entre 32 y 78 giga Hertz
(miles de millones de ciclos por segundo) de acuerdo a los estudios mencionados
por la Física cuántica.
La medicina energética
(vibracional) establece que el cuerpo
está formado por patrones de energía que son invisibles al ojo humano y que esa
interface sustenta e influencia nuestras células físicas, órganos y sistemas.
Cuando alteramos el flujo de
energía o cambiamos los patrones de energía, vemos cambios correspondientes a
niveles físicos, mentales y emocionales.
También es posible trabajar
directamente con los campos de energía de nuestro ADN para traer la sanación.
El ADN trabaja como nuestro subconsciente;
guarda historias, emociones y creencias que no recordamos en nuestro
consciente.
Para restaurar un gen a su estado
sano, tenemos que entrar en las emociones subyacentes y el sistema de creencias
que originalmente creó el defecto en el gen.
He leído sobre métodos y pasos para
hacer una limpieza de tus emociones, pero en resumen creo que el primer paso es
reconocer tus verdaderos pensamientos y emociones, no auto sabotearte ni auto
engañarte. Esto te va a permitir ver la realidad y hacer consciencia de lo que
verdaderamente eres y quieres. Con ello te liberas de las cargas que has estado
llevando.
Cuando sabes quién eres, te darás
cuenta que eres perfecto, que tienes un gran potencial para crear todo lo que
tu imaginación quiere y que no te has
equivocado. Todo lo que hiciste, lo hiciste porque en ese momento lo creíste
correcto.
Te perdonas a Ti mismo, te
reconoces y te llenas de amor.
El amor es la frecuencia o
vibración más alta que existe en nuestro ADN y en su forma perfecta resuena y
vibra con el sentimiento del amor.
Muchos de nosotros hemos olvidado
qué se siente recibir amor incondicional. Nos enseñaron a dar amor, pero no nos
han enseñado cómo recibir amor y por eso somos duros con nosotros mismos.
Tenemos miedo de ser abandonados o
rechazados, nos reprendemos a nosotros mismos para recordarnos que tenemos que
ser buenos para que no seamos abandonados.
Mi maestra dice que todos vinimos a
la Tierra con un gran plan y que hacemos ese plan en el cielo antes de nuestro
tiempo en la Tierra.
Para mí era difícil entenderlo y
aceptarlo pero al paso de los años te puedo confirmar ¡que sí! realmente
hacemos un plan que nos ayuda a crecer y
evolucionar en la escuela de la Tierra.
Cuando estaba enferma no podía
creer que todo fuera por causa de las emociones de la situación personal que
estaba viviendo, me resistía a aceptarlo, a veces el plan de nuestra vida se
siente tan terrible que no podemos creer que un plan como ese pudiera hacerse
en el cielo.
Sin embargo, la enfermedad tiene un
papel en el contexto de este plan.
La enfermedad nos dice que en algún
lugar dimos una vuelta equivocada y es tiempo de volver a tomar nuestro camino.
Es la manera en que el cuerpo dice: despierta y presta atención a lo que no
está funcionando en tu vida y a lo que te está alejando de la vibración de
nuestro ser perfecto.
Como puedes ver, somos cada día más
los que hacemos públicos nuestros mensajes y nuestras vivencias, así como la
cercanía a estos temas aún desconocidos para muchos.
Actualmente tenemos ya a nuestro
alcance el método y el conocimiento para aplicar estas nuevas Técnicas de
Sanación. No dudes en llamar y hacer tu
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mism@ tu propia Sanación de Mente, Cuerpo y Espíritu!